domingo, 27 de septiembre de 2009

La complejidad en el Ciberespacio, por Andrés Merejo.

Andrés Merejo
Filósofo, escritor, especialidad en ciencia, tecnología y sociedad. Catedrático de cuarto nivel en ciberpolítica, tecnología computacional y ciberespacial para la educación en varias Facultades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Doctorando, Maestrías y postgrados en estas áreas. En la década de los noventas se radicó en los Estados Unidos, en donde se dedicó a los estudios de la tecnología computacional en sus aspectos técnico y epistemológico. Por su labor intelectual y académica se le han otorgado reconocimientos a nivel nacional e internacional. En la actualidad es miembro fundador de complejidad RD. Textos publicados: La vida americana en el siglo XXI. (1998,1999) Cuentos en Newyork, (2002) Conversaciones en el Lago (2005,2007), El ciberespacio de la Internet en República Dominicana (2007).
En esta revisión el autor plantea como los elementos de la complejidad se entrelazan con la virtualidad dentro de un mundo totalmente globalizado caracterizado por interconexiones a escala planetaria de las economías, las políticas y las tecnologías de la información y el ciberespacio, lo que hace pensar en la búsqueda de opciones y de nuevos proyectos sociales que se fundamenten sobre un pensamiento simplificador, encerrado en disciplinas, en estanco de saberes y verdades absolutas. La complejidad conspira contra ese tipo de método, que excluye la interdisciplinariedad y la trasndiciplinariedad. En este sentido el sujeto de la escritura, de la economía, de la política y de la cibernética tiene que lidiar con lo dialógico entre lo real y lo virtual. La verdad y la memoria para que tengan existencia actualizada deben tomar en cuenta a lo digital, al ciberespacio.
Punto de partida: Vivimos caracterizado por una complejidad que teje la vida cotidiana de los actores, donde la incertidumbre, el azar y lo convulso caracterizan los días. Los valores culturales son sometidos a la velocidad, a la instantaneidad de unos tiempos no sólo reales, sino virtuales. El discurso de la puede definirse como la comprensión del mundo, del universo sin verdades inmutables. Dicho discurso incorpora el orden y el desorden, lo eventual, lo recurrente, lo indeterminado y lo determinado, lo universal y lo particular, lo real y lo virtual, el espacio y el ciberespacio. Todas estas representaciones, opuestas una a otra, se abordan como complementariedad, sin exclusiones, ambas conviven y se interaccionan como fibra de dicho pensamiento complejo. El pensamiento complejo tiene entre sus precursores tres discursos científicos: la Teoría General de Sistema, la Cibernética (de segundo orden) y teoría de la información. Para situar el ciberespacio como complejidad y diferente al mundo de la red (Internet), el autor fundamenta su discurso en la teoría de sistema y de la cibernética de segundo orden. En donde el mundo, el universo, hay que pensarlo como un todo dinámico. Como algo relacional en lo que un sistema se constituye a través de la relación con otros sistemas. Un ejemplo de lo sinérgico lo forman la articulación entre las distintas partes de un computador: procesador, disco duro, memorias, pantalla, teclado. Esas distintas partes forman un conglomerado de artefactos electrónicos y para que puedan existir como una computadora tienen que estar todas sus partes integradas e interrelacionadas en un todo que forma un sistema. Para que exista un sistema como red tiene que estar integrado por conectores, que en este caso son el software, el modem, los cuales nos permiten entrar al ciberespacio. Hay una recursividad cuando el sistema computacional es una parte independiente del sistema de la red de redes (Internet) y éste un sistema independiente del ciberespacio. Con relación al discurso de la Cibernética ésta tiene como punto de partida al matemático y físico Norbert Wierner (1894-1964), el cual le dio importancia al control y la comunicación en animales y máquinas, así como en la relación de la cibernética con la sociedad. La retroalimentación o feedback juega un papel fundamenta en lese proceso, ya que examina constantemente el trayecto, lo corrige hasta alcanzar la meta. Es una retroacción que nos conecta con el efecto y éste nos devuelve hacia la causa; se produce una recurrencia, un volver hacia los pasos dados anteriormente. Todo esto trae una redundancia, que es un salirse de los límites, en donde los procesos de retroacción y recurrencia se desbordan para repetirse una y otra vez. Esta visión cibernética corresponde a la del primer orden, pero será con la cibernética de segundo orden que se puede situar un acercamiento a la complejidad del ciberespacio, específicamente con el discurso sistémico de Von Foerster y de la complejidad de Edgar Morin. Para Morin, Foerster era el Sócrates electrónico, ya que introdujo la epistemología de la cibernética de lo sistemas observantes, en contraposición de la cibernética de los sistemas observados. Tesis esta sustentada en las ideas de la mecánica cuántica de Heisenberg. Reflexionar sobre la complejidad del ciberespacio, de la sociedad de la información y el conocimiento (cibermundo) implica un conocimiento a fondo de los discursos de Edgar Morín y de la sistémica de Von Foerster, sin en ellos, entre otros, no podría hablarse de ese conocimiento emergente. Para Morín, tres principios sitúan a la complejidada en el plano de lo transdiciplinario e interdisciplinario: el principio dialógico, el principio recursivo y el hologramático. El dialógico nos reenvía al diálogo, a la relación e interacción dialéctica entre los polos opuestos, entre el antagonismo y la complementariedad. Este principio emerge en el seno de la contradicciones del mundo y sus cosas: Autonomía/dependencia, espacio/ ciberespacio, real/ virtual, dinamismo/estabilidad, determinismo/ indeterminismo, identidad/ alteridad, digital/ analógico, exclusión/ inclusión, odio / amor, lo uno y lo diverso, lo cercano y lo lejano, etc. en lo dialógico el aspecto de la complementariedad no se define sobre la base de aplastar al otro, sino más bien sobre la conexión, la contribución, la cooperación, el aporte ante la carencia del otro. Lo que no puedo hacer con mi mano derecha, lo hago con mi mano izquierda, la información que no encuentro en el espacio, en lo real, el busco en el ciberespacio, en lo virtual. Esto implica una confluencia entre los polos, un devenir de corrientes, en el agua heracliteana. De ahí que Morin plantea la unión del desorden y el orden. El principio recursivo es volver a recorrer el camino desde el final hasta el inicio, en donde no hay linealidad de una causa que produce un efecto, sino que el efecto también produce la causa. El proceso de volver al punto de partida, donde el efecto actúa sobre la causa, y produce el sistema de una manera constante, regenerándolo, ya que todo sistema se desgasta, y de ahí que ante esa pérdida de energía tiene necesariamente que regenerarla. El hologramático es un principio formado por dos términos, holos, que significa de todo, y grama, cuyo sentido es inscripción, que ve más allá que el todo y contra el reduccionismo que ve solo las partes. Este principio ve las partes en el todo y el todo en las partes. Es la reproducción de una imagen en el espacio, en tres dimensiones, esto genera en el sujeto observador la sensación de una imagen real. Cada parte del objeto hologramado posee casi la totalidad de la información del objeto y al mismo tiempo cada parte es contenido en el todo. Es a partir de la edificación de estos principios de la complejidad, sustentado por Morin y la sistémica de Von Foerster, que el autor asume un discurso del sujeto cibernético, sistémico y complejo, articulado a la cultura y a la sociedada. La cibernética de segundo orden incluye al observador o sujeto conceptual en la observación, contrario a la primera cibernética de Wiener, el cual le dada importancia a la observación, excluyendo de ese escenario al sujeto. Él posee un sistema autopoeisis o autocreador de sí mismo, que a la vez está conformado por subsistemas. Dicha cibernética de segundo orden abordó al sujeto de manera compleja, ya que se auto observa, se hace crítico de sí mismo. Él mismo como observador, gracias a su discurso, forma parte de la misma estructura, de la misma realidad que quiere observar. Construye el sistema, forma parte de éste, lo moldea, aunque tiene autonomía organizacional respecto a su entorno. Por eso no es lo mismo un sujeto que asume un discurso sobre Internet que sobre el ciberespacio , el primero se queda entrampado en el sistema tecnológico, en la herramientas digital; en cambio, el segundo lo trasciende y construye el sistema ciberespacial articulado a una sociedad, lengua y cultura. El ciberespacio sin asidero en lo real, sino en las interconexiones de millones y millones de computadoras y teléfonos celulares no es objeto de estudio (salvo raras excepciones) de ingenieros de sistema, técnicos informáticos, sino de lingüísticas, filósofos, sociólogos, físicos, educadores, políticos, poetas; aunque muchos de ellos confundan esa relación de la red y el ciberespacio. El sistema computacional y las conexiones forman parte de la estructura de la organización ciberespacial. Pero el primero se encuentra alimentado por los cibernautas, que son los sujetos sociales y cibernéticos que navegan como mínimo esos espacios virtuales dos o tres veces a la semana. La estructura digital es el soporte material, en donde se interioriza el ciberespacio, el cual es una interacción organizacional compleja y virtual. Estar conectado implica formar parte del ciberespacio, interactuar con éste, el cual también interactúa con el cibernauta. La conexión como estructura es una condición imprescindible para introducirse al sistema organizacional ciberespacial y para estudiar los efectos sociales que producen las navegaciones en los entornos reales. El sujeto cibernavegante, de acuerdo a su estrategia, navegará por los confines del ciberespacio; muchos viven en el chateo, otros en los foros, en comunidades virtuales, investigaciones, en informaciones educativas o de entretenimiento. Es un sistema construido y alimentado por él y su entorno. Por lo tanto, el ciberespacio es producido por el sujeto; pero éste lo produce a él y le va formando un sentido nuevo a lo que era ante de ser cibernavegante. Su conectividad se convierte en una autoreproducción e innovación. Ese proceso de conectividad por parte del cibernauta genera el orden y el desorden (diversidad de navegaciones), que es producido por la interacción, la participación activa. Él es productor y consumidor del ciberespacio, el cual se alimenta de las configuraciones, la interactividad, los hipervínculos, las imágenes, las informaciones y creaciones virtuales inventadas por éste. En ese proceso se va padeciendo de entropía, en donde millones de blogs, website, comunidades virtuales mueren, duran un instante, pero otras van entrando, produciéndose de esta manera una regeneración permanente que le da vida en una simultaneidad de procesos entrópicos y sinérgicos. Dichas partes pueden ser de relativa autonomía y pueden entrar en comunicación. Cada parte tiene la capacidad virtual de generar al todo.
Punto de llegada
La complejidad en el ciberespacio está marcada por las navegaciones de más de mil seiscientos millones de cibernautas que viajan, como consumidores y productores, por sus confines, con más de 100 millones de Website, que son el conjunto de páginas que componen un determinado servicio o publicación. En fin, el ciberespacio como totalidad-complejidad vive en constante agitación. Hoy existen 300 millones de personas con otras identidades en ese espacio virtual. De esos espacios virtuales se encuentra el de segunda vida (second life), que se ha ido entretejiendo a partir de las producciones educativas, científicas, culturales y de entretenimientos de los millones de cibernavagantes que viven con uno o varios avatares (otras identidades) en ese espacio digital. Hoy podemos hablar del ciberespacio de la Internet 2, que es usado específicamente por centros universitarios y de investigaciones, relacionados con mundo científico. En estos tiempos podemos hablar de la Web 2.0, que no es para especialistas de la tecnología de la información y del conocimiento, sino para el ciudadano común, con cierto grado de alfabetización. Además de los cien millones blogs que se han creado como producto de esta web 2.0, de los programas de código libre, la wikipedia, el wikilibro. En la actualidad, según Technorati.com, una empresa que se dedica al registro de blogguers o bitácoras en el mundo, dice que hay registrados 80 millones de blogs, con tendencia a llegar a finales de 2008 a más de cien millones. La empresa Blogguer tiene unos mil cien millones de usuarios registrados y más de 90 millones de mensajes publicados en todos los idiomas. en el ciberespacio, que es el sistema en donde entra el sistema de la sociedad de la información y el conocimiento, cada sujeto le da un uso específico al blog o bitácora, ya sea periodístico, empresarial, científico, educativo o cultural. En este espacio virtual se ha estado configurando un control social y cognitivo, tras el derrumbe de las torres gemelas el 11 de septiembre 2001. Se ha realizado lo que era tan sólo un experimento, lo biométrico como dispositivo de control político. La biométrica como mecanismo de control social funciona basándose en la complejidad e identificación de los sujetos, por medio de las huellas digitales, las manos, el iris de los ojos, la cara, la voz y la firma. Con el uso de la biométrica se pueden controlar las principales características físicas de un sujeto y parte de su comportamiento cotidiano; por medio de esos controles se puede identificar si los datos de su vida son auténticos o falsos de acuerdo a lo que posee en el pasaporte, la licencia de conducir u otra identidad. Es en este contexto complejo, lo enfatizo y reitero, que no se puede filosofar, pensar el mundo, sin reconocer que de éste ha ido emergiendo un cibermundo, el cual se edifica en otro espacio, el ciberespacio, otra realidad, la virtual, otra sociedad, la del conocimiento, lo cual no significa una exclusión o ruptura del primero con relación al segundo, más bien son una complementariedad, como parte de lo dialógico, lo interdisciplinario y transdisciplinario.

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