martes, 16 de agosto de 2016

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Juicios morales descriptivos, valorativos y prescriptivos.
                                                                   
En su cotidianidad el hombre realiza diferentes tipos de juicios; entre ellos  juicios de tipo moral, los cuales son ineludibles1; en este sentido se define como juicio “la afirmación o la negación que hacemos de una propiedad que atribuimos o no atribuimos a algo”2. Al respecto Diego Gracia3, establece que los juicios están constituidos por hechos y valores. Los juicios de hechos o de percepción sensorial, son datos primarios verdaderos y objetivos  de nuestra realidad y de la experiencia sensible;  por lo tanto son juicios descriptivos o facticos, poseen caracteres propios de descriptividad, por ejemplo;  “A es negro” se emite un juicio y el predicado de la misma describe, nos señala como es A. En este mismo orden de ideas, los juicios valorativos son aquellos donde el predicado de la preposición es estimativo, valorativo de quien emite el juicio; por ejemplo: “A es bueno”, es una reacción emocional; son juicios que expresan valores. Expresan que alguien o algo es bueno o malo, es decir, valoran  hechos, personas y cosas (bueno, malo; justo, injusto; moral, inmoral, etc.)3,4 . Diego gracia plantea un tercer tipo de juicio los morales o prescriptivos también llamados  normativos, están enunciados de forma impersonal y son imperativos, ejemplo: “A  debe ser o existir”. Expresan una obligación o norma de carácter general, es decir prescriben algo, ya sea en forma de mandato o de prohibición. Estos juicios tienen las propiedades de universalizabilidad, lo que quiere decir que cuando un acto es incorrecto en ciertas condiciones determinadas este debería ser igual en situaciones similares y la otra propiedad es la prescriptividad, en donde el acto se impone al propio sujeto del juicio3.
Referencias Bibliográficas:
1.       Gracia D. fundamento de la Bioética. Para docencia de los cursos del centro nacional de bioética. Caracas; s/f. pp. 11.
2.       García Morante M. Lecciones Preliminares de Filosofía. Bogotá: Ediciones Nacionales; 2004.pp.228.
3.       Gracia D. fundamentación y enseñanza de la bioética [internet]. s/v. Ed el búho LTDA; 1998[actualizado 8 feb 2013; citado 14 mar 2016]. Disponible en:   http://si.easp.es/eticaysalud/sites/default/files/ETICA%20Y%20GESTION%20DEL%20CUERPO.pdf

4.       Sánchez A. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Caracas: Ediciones Hermanos Vadell; 2009.pp38-48.

Conceptos de Ética, Moral y Deontología.


Ética: Del griego éthos, significa hábito o costumbre. Es la ciencia que asume posiciones para explicar los valores morales del comportamiento humano de forma individual y/o colectivamente en una sociedad de manera racional con fundamentación, científica y teórica. Determina desde sus principios que es bueno y como se debe de actuar en relación a la mora y la conducta humana1, 2 .

Moral: Conjunto de normas de conductas y convivencia, íntimamente ligada a la ética. La palabra moral viene del latín moralis, que significa costumbres. La moral se relaciona con el concepto de lo bueno y de lo malo, de lo que uno debe o no debe hacer en una sociedad. En este sentido se  permite deducir que la moral se convierte en una parte esencial de la personalidad del sujeto1, 2 .

Deontología: Hace referencia a la ética profesional; se encarga del estudio del carácter normativo que se expresa en los códigos morales, que orientan el comportamiento social de los individuos en su desempeño profesional sujeto a un orden reglado donde confluyen: responsabilidades, obligaciones y deberes,  constituyéndose como control moral de los actos ejercidos profesionalmente 2,3.

Referencias Bibliográficas:
1.    García Morante M. Lecciones Preliminares de Filosofía. Bogotá: Ediciones Nacionales; 2004.pp.241-248.

2.    Beauchamp TL, Childress JF. Principios de ética Biomédico. Madrid: Editorial Masson, S.A.1999.pp. 1-10.

3.    Silva Barroco ML. Ética y Servicio Social: Fundamentos Ontológicos. Sao Paulo: Ediciones Cortez. 2001. pp.11-12.


Diferencias esenciales entre las fundamentaciones Teónomas, Heterónomas, Autónomas.

Kant consideraba .que “todos los seres humanos tenemos una razón práctica, es decir una capacidad de razonar que en cada momento nos dirá lo que es bueno y lo que es malo moralmente1”. Desde esta posición formula una ley moral, la cual es categórica; de allí que lo moral viene dictado por la conciencia y no por una instancia ajena al yo. La fundamentación de la moral desde la autonomía se caracteriza porque es formal, no prescribe nada concreto ninguna acción determinada en su contenido, sino la forma de la acción: obrar por respecto al deber, hágase lo que se quiera, no lo que se desee o convenga desde la racionalidad2. La autonomía nos lleva a solo cumplir con el deber; el hombre posee una razón moral, que proviene de sí mismo y determina sus actos morales; desde esta perspectiva todo acto moral está fundamentado en la razón y en el intelecto del hombre3. En este mismo orden de ideas la fundamentación heterónomas, desde el origen etimológico de la palabra: hetero, significa el otro, y nomos, que significa ley, norma. Son éticas determinadas por la naturaleza (éticas materiales), “en la proporcionalidad de las cosas y de los hechos que nos muestra la naturaleza3.” están sustentadas en los planteamientos filosóficos de los estoicos1, 3; la moral socrática, la moral platónica; la ética aristotélica 1, 4. La heteronomía moral quiere decir que no somos libres a la hora de elegir las normas, sino que nos vienen dadas por el proceso de socialización. En la fundamentación Teónomas3, la norma proviene de la revelación y voluntad de Dios (ética religiosa). La fundamentaciones de la moral en las sociedades son permeadas por su culturas; la religión se constituyó en el fundamento hasta el siglo XVIII y de forma dialéctica la ética y la moral se preguntaba por el sentido de la vida, el destino del hombre, el más allá, el morir, etc. El precepto común de la moral religiosa es hacer el bien, ser bueno.
Referencias Bibliográficas.
1.       Gaarder Jostein. El Mundo de Sofía. España: Ediciones Siruela; 1994.pp. 388-413.
2.       Gabaldon Roncajola F. Filosofía y gerencia. Mérida: Ediciones Universidad de los Andes Consejo de Publicaciones; 2007.pp. 153-164.
3.       Castillo Valery A. Bioética. Editorial Disinlimed; 2006.pp. 51-55.

4.       García Morante M. Lecciones Preliminares de Filosofía. Bogotá: Ediciones Nacionales; 2004.pp.241-248.
 Cualidades que caracterizan a una persona.
Según el Diccionario de la Real Academia Española1, la definición de persona es:“(del latín persona, máscara de actor, personaje teatral) individuo de la especie humana; hombre o mujer de prendas, capacidad, disposición y prudencia. Para Castillo Valery2: “persona es toda vida humana dotada de capacidad racional y agencia moral; es decir, de responsabilidad y libertad. Además, la persona tiene una “dignidad” que la coloca por encima del valor del resto de los seres vivientes y de los objetos. Por poseer la dignidad, toda persona es merecedora de respeto.” En este sentido considerando a otros autores 3,4; una persona posee las siguientes características: a) es un sujeto espiritual por ser el asiento de la vida moral de un ser humano; b) tener autonomía y libertad; c) funciones cerebrales superiores activas; d) conciencia de sus actos; e) poseer capacidad de relacionarse con otras personas; f) obligaciones de cumplir los deberes legales y ejercer sus derechos; y g) poseer dignidad. Para Peter Singer persona reúne determinadas cualidades: la racionalidad y autoconciencia. Para Engelhardt, en concreto, la persona es el agente moral (de tipo kantiano) que se caracteriza por “autorreflexión, racionalidad y sentido moral; para John Harris las personas: Seres humanos capaces de valorar su propia existencia5. Para  Mateo Alonso, médico psiquiatra y psicólogo, citado por Amarista6, a fin de compararla con las descritas anteriormente una persona es: “individuo autorreflexivo, heterorreferente, con trascendencia social. La persona es una estructura constituida por factores biológicos, psicológicos y sociales”.
Referencias bibliográficas:
1.     Diccionario de la Lengua Española. 22ª. edición. Madrid: Espasa Calpe, S.A.; 2001.
2.     Castillo Valery A. Bioética. Editorial Disinlimed; 2006.
3.     Castillo Valery, V. La persona humana. En: León Cechini A, Castillo Valery A, Nezer de Landaeta I, García Flore F, Silva OI, editores. Ética en medicina Fundamentación. Caracas: Centro Nacional de Bioética; 2001. p. 157-183.
4.     Pérez Tamayo R. ¿Qué es una persona? En: Álvarez del Río A, Rivero Weber P, editores. El desafío de la Bioética. Volumen II. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica; 2009. p. 59-77.
5.     Bellver Capella V. Bioética y Cuidados de Enfermería. [Internet]. Vol 1. Alicante: CECOVA; s/f. [actualizado 18 mar 2016; citado 1 may 2016].Disponible en: http://docplayer.es/9585892-Bioetica-y-cuidados-de-enfermeria-vol-1-aproximacion-teorica-cecova-vicente-bellver-capella-ed.html.

6.     Amarista FJ. La personalidad según Alberto Mateo Alonso (una concepción original). Gac. Med. Caracas. 2005; 113(1): 12-8.
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 Diferencia entre valores y virtudes  
Los valores son creencias personales, individuales o colectivas, acerca de contenidos practico llamados a orientar la conducta1. "Puesto que los valores no son cosas, ni elementos de las cosas, entonces los valores son impresiones subjetivas de agrado o desagrado, que las cosas nos producen a nosotros y que nosotros proyectamos sobre las cosas2.Los valores son subjetivos porque los vive el sujeto humano libre y conscientemente y al mismo tiempo son objetivos en cuanto están conectados con los principios externos a la persona. En su expresión genérica los valores pueden ser de dos tipos: morales y no morales. En cambio las virtudes es la encarnación operativa habitual de los valores; son hábitos estables de obrar el bien en un campo determinado, a diferencia de los valores que pueden permanecer en un plano más impersonal, como ideales o conceptos no incorporados a la vida o incorporados solo a través de acciones aisladas. La persona necesita de ambos: no se reduce a aceptar los valores sino que requiere la virtud, que implica un proceso psicológico de conformación del hábito. Se puede afirmar que toda virtud es un valor pero que no todo valor es una virtud1,2.
Ejemplo: Juan es una persona generosa (valor vivido y encarnado); el modo habitual de juan de vivir el valor de la generosidad está en su disposición de dar y darse a los demás, a lo que ya está acostumbrado sin necesidad de hacerlo consciente en cada ocasión porque ya lo hace inconscientemente, espontáneamente. En este caso la práctica habitual del valor de la generosidad lo convierte en una virtud.
Referencias bibliográficas:
1.    García Morante M. Lecciones Preliminares de Filosofía. Bogotá: Ediciones Nacionales; 2004.pp.376.

2.    Sánchez A. Introducción a la ética y a la crítica de la moral. Caracas: Ediciones Hermanos Vadell; 2009.pp.51.
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 Corrientes de la filosofía que se relacionan con la fundamentación de la ética y aporte de 3 de ellas
 José Luis Rodríguez.
La ética se fundamenta en las siguientes corrientes filosóficas que explican la existencia del ser humano y la del universo que lo rodea: Platonismo(relaciona la virtud con el bien), visión Aristotélica(la virtud derivada de la naturaleza del hombre),Estoicismo(moral lo que se ajusta al orden natural), Epicureísmo(valor es aquello que da placer a los sentidos), Cristianismo ( el amor es el vínculo perfecto para la unidad humana), Tomas de Aquino(el orden general de las cosas se expresa en la ley natural), Pragmatismo(bueno es lo que da resultados positivo y sirve a la sociedad),Éticas formales(el interés por la forma del acto moral),Utilitarismo(cosas útiles que producen bienestar),Marxismo(valor aquello que permite construir la sociedad sin clase), Altruismo(la simpatía por los demás es la base la moral),Subjetivismo(la moral es cuestión de sentimientos),Espontaneismo(cada quien decide lo que quiere ser),Positivismo(bueno es lo que manda la ley)1. En este sentido el aporte de la ética estoica: “desarrollan la teoría de la existencia en el hombre de una conciencia moral innata, anterior a los mandatos de la religión y la difunden como ley natural”2. La ética aristotélica es naturalista, reduce el fenómeno de la moral a otros fenómenos; plantea las virtudes éticas o del carácter y las virtudes dianoéticas o de la inteligencia; el fin último es la felicidad (teleológico); es una ética material y de bienes 3. El utilitarismo fundamentado en el mayor bien para el mayor número de personas. Una acción es buena si tiende a este fin y es mala si se aleja de él. La moralidad depende de la circunstancia. Sobre los valores del individuo están los valores de la sociedad. (Hum; Bentham; Mill); es una ética material y de bienes1.
Referencias Bibliográficas
1.        Escobar Picasso E, Escobar Cosme A. Principales Corrientes Filosóficas en la Bioética. Bol Med Hosp Infant Mex [Internet] 2010[citado 28 feb 2016]; 67(s/n):196-203.disponible en: www.scielo.org.mx/pdf/bmim/v67n3/v67n3a3.pd.
2.        Nézer de Landaeta I. Hitos en la Historia de la Bioética: de la ética a la Bioética. Rev Soc Venez Hist Med [Internet] 2006[citado 29 feb 2016]55(1-2):70-77.disponible en: revista.svhm.org.ve/ediciones/2006/1-2/?i=art7.

3.        Polo M. Principales clasificaciones éticas. Escr y pens [Internet] 2007[citado 28 feb 2016]; 10 (21): 61-82. Disponible en: revistasinvestigacion.unmsm.edu.pe/index.php/letras/article/.../6905.
Relaciones del hombre con sus semejantes, el ambiente y la vida psíquica: una visión Socrática.

Introducción
Las relaciones humana a través de la historia han sido enmarcadas en procesos de comunicación, donde el dialogo o la dialogicida constituye una actitud ética ante la vida sustentada en el reconocimiento de la intersubjetividad, la cual debe  está en sintonía con la valoración de la dignidad humana. En este sentido el dialogo es de la voluntad consciente y disciplinada.
 En este orden de ideas, el dialogo como actitud ética es inherente a la praxis de vida de cada persona, la cual transcurre como un sistema heterogéneo de convivencia y al modo en que nos comunicamos, sentimos y pensamos; determinando al mismo tiempo, diversos tipos de convivencia con nuestros semejantes y el medio ambiente. Por lo tanto existe una ética que inspira, orienta y guía los modos de sentir y comportamiento de las personas en relación a sí misma, en relación a sus congéneres y en relación a la naturaleza.
El dialogo socrático
La práctica del dialogo en una relación del hombre con sus semejante se remonta a los tiempo de Sócrates (470-399 ac) hacia la mitad del siglo IV en Atenas. Es considerado el más sabio en su tiempo y significativo en la historia del pensamiento occidental, fue un verdadero innovador e impulsor del discurso teórico, al igual que los sofistas su pensamiento verso sobre el ser humano; con Sócrates se recupera la confianza del ser humano hacia su propia razón. De allí su famosa frase “solo sé que no sé nada” lo cual le permitió estudiar a las personas desde la razón. A partir de allí no se interesa en la naturaleza la cual era el objeto de estudio de los presocráticos y empezó a interesarse en el individuo. Es el individuo su centro de estudio y el centro de su atención. Por medio del dialogo Sócrates cuestionaba la vida de la sociedad con un fin práctico: negarse a ceder ante cualquier presión, pensar por sí mismo y hacer lo que su conciencia le dicte (1, 2,3).
Socarte distinguió entre el saber vulgar u opinión (doxa) y el saber real o conocimiento (episteme). El saber real es innato, reside en el alma y para alcánzalo es necesario aplicarse en su búsqueda. Las conversaciones que Sócrates sostenía con los ciudadanos de Atenas y en especial con los jóvenes, estaban fundamentada en un grupo de procedimientos basados en el dialogo y en la inducción, los cuales les permitían el acceso al conocimiento, y de esta forma establecer una relación de validez entre la adquisición del saber y el procedimiento utilizado para dicha adquisición. Esto le permitió a Sócrates orientar el pensamiento hacia la verdad. Las enseñanzas de Sócrates se oponían a los sofistas quienes,  sustentaban posiciones relativistas y escépticas, no perseguían la consecución de la verdad, sino que dirigían sus enseñanzas hacia la consecución del éxito. Por ello desarrollaban técnicas de discursos retóricos que tendían más hacia el convencimiento de los demás que hacia la verdad. En cambio, Sócrates dirige su pensamiento y su enseñanza hacia el cuidado del alma y la consecución de la verdadera virtud, y para lograr este objetivo y alcanzar el conocimiento del bien. Sócrates utiliza como método fundamental el diálogo y la interrogación. Atendiendo al proceso del diálogo, el cual se caracteriza por una dialéctica entre los participante en la que la suspensión del juicio o epojé se hace presente. Podemos distinguir en sus dialogo dos partes fundamentales: la  ironía y la mayéutica y a las formas de razonar que se dan en el mismo diálogo, son la inducción y la definición (3,4).
Por medio de la ironía y la inducción, Sócrates interroga a sus interlocutores a partir de la confesión de su ignorancia sobre el tema que se va a tratar. De esta manera él que solía afirmar que “sólo sé que no sé nada” obliga a sus interlocutores a responder a las preguntas acerca del tema del diálogo (que habitualmente giraba alrededor de conceptos como el valor, la amistad, el amor, la justicia, etc.) y procede luego a examinar estas respuestas que, en general, no respondían a la pregunta. Este examen de las respuestas es el que constituye el momento de razonamiento inductivo. Pero la ignorancia de Sócrates no es un mero no saber, ya que Sócrates reflexiona sobre los fundamentos del conocer y se da cuenta de que, en general, el pretendido saber es sólo un enmascaramiento de una ignorancia mayor, a saber, la de la ignorancia que se ignora a sí misma y se reviste con los ropajes de un falso saber o de un saber parcial. De ahí que esta ignorancia socrática aparezca como ironía.
En este mismo orden de ideas la mayéutica socrática que es el arte de dar a luz aquellas ideas que ya estaban en la mente de sus interlocutores pero sin que éstos lo supieran, a través de hacer patente la ignorancia revestida de falso saber que era el obstáculo principal para la adquisición del auténtico saber. Mediante este procedimiento, Sócrates libra el alma de sus interlocutores de su ignorancia, al hacerles ver las confusiones en las que descansaba su pensamiento pero, al mismo tiempo, libera también las verdades que están presentes de manera virtual en la mente de sus interlocutores, de forma que ayuda a dar a luz unos conocimientos que éstos poseen virtualmente pero que no conocen. Sócrates ayuda a dar a luz las ideas que ya están en la mente de su interlocutor. Por esto se puede considerar procedimiento o método socrático como una aplicación de la máxima que estaba escrita en el frontón del templo de Delfos: “conócete a ti mismo”.
Por otra parte, este proceso de la mayéutica permite reanudar el diálogo y dirigirlo hacia la búsqueda de la definición general del concepto que se está examinando. Esta definición pretende captar la esencia, es decir, lo que es y, por tanto, no puede ser una mera definición nominal (definir una palabra por otra palabra), lo que nos haría caer en un círculo vicioso. Pero, implícitamente, ello sugiere que si el diálogo es posible es porque los diferentes interlocutores comparten una razón o palabra común. Esta tesis implícita es la que permite a Sócrates postular la existencia de verdades absolutas, en contra del relativismo sofista. El valor del diálogo está en el proceso mismo de la búsqueda del saber y de la liberación de la ignorancia, y este proceso, como ya hemos dicho, es fundamental para Sócrates.
En consecuencia el punto de partida en estos procesos está en conocerse uno a sí mismo y para él, un ciudadano ideal no era el hábil orador sino el amante de la verdad y de la virtud. Esta puede enseñarse, ya que es un hábito adquirido, una disposición que tiene el ser humano, estos planteamientos suponen una valoración de la razón humana (3, 4, 5,6).

El dialogo socrático y la vida Psíquica con del hombre
 Sócrates ya contaba que había aprendido de un tracio, discípulo de Zamolsis, que “las dolencias del cuerpo no pueden ser curadas sin tratar ante todo y sobre todo el alma; ahora bien... ¿cómo se cura el alma? y dice que el alma se cura con ciertos ensalmos”. En este sentido la salud anímica de un hombre, condición de su salud somática y necesario presupuesto para la recta administración de cualquier medicamento, consiste pues, en el buen orden de la dos partes principales de su alma: aquella que predomina lo racional o lógico, modificable por la acción de la dialéctica, y aquella otra en la que prepondera lo irracional o creencias, susceptible de educación por el encanto persuasivo de la epodé (ensalmo o conjuro), el bello discurso o el mito. Estas ideas permite aproximamos y entender a su vez lo que es la psicoterapia, curación a través de la palabra que permite adentramos en el pensamiento de las personas, ya que todo pensamiento es verbal y no puede entenderse de otra manera (7).
En este sentido, se pueden ver varias similitudes entre el procedimiento o método socrático y los métodos terapéuticos, como el psicoanálisis de Freud. En el psicoanálisis el método fundamental consiste en la interrogación del paciente, el cual, a través de sus propias palabras, y con la ayuda del psicoanalista que las interpreta, llega a un conocimiento de sí mismo que no poseía. Es decir, “da a luz” unos contenidos de su mente que no eran conscientes. El  empleo de este método en procesos o terapias cognitivas, en las cuales la realidad es percibidas, significada, escenificada, categorizada y aprehendida por los seres humanos, entendiéndose a la misma realidad como polisémica y construida, donde los seres humanos procesan estímulos de sus experiencias en el medio ambiente, otorgándole significación a las situaciones experimentadas(5).
De esta manera el dialogo socrático con sus particulares características técnicas anteriormente mencionadas, es introducida y convertida en uno de los pilares fundamentales entre las técnicas específicas de la terapia cognitiva, con la finalidad de influir en la cognición para poder producir los cambios emocionales y de conducta en el ser humano que padece un trastorno psiquiátrico como la depresión (8,9).
Así mismo Viktor E. Frankl (1901 – 1997) quien habló de un dialogo en un sentido socrático, como parte fundamental de su método psicoterapéutico: la Logoterapia, que se centra en que el ser humano se haga consciente de su propia libertad de decisión, respondiendo por si misma ante su vida y asumiendo la angustia que la libertad misma conlleva. Tal responsabilidad se relaciona al hallazgo y vivencia de valores, a estar abierto al mundo, de forma auténtica, encontrándole sentido a la vida.
Concretamente en logoterapia, el diálogo socrático es un estilo de encuentro psicoterapéutico que puede darse entre dos o más personas y que busca por medio de preguntas, señalamientos, descripciones y el elemento más importante, la relación misma, ayudar al consultante a tomar conciencia de su libre voluntad invitándolo a dar respuesta por sí mismo ante lo que la vida le plantee.
Si bien Sócrates no es conocido por ser psicoterapeuta, su intención y método sirven a la logoterapia en el sentido de que una vez que se hace consciente la libre voluntad, la persona pueda actualizar sus posibilidades de ser responsable, expandiéndolas por medio de la decisión, hacia una existencia más auténtica y más plena de sentido (8, 10,11).
Reflexiones finales
Desde que el ser humano nace, se encuentra inserto en un ambiente social y en un medio ambiente natural, desde ese momento y aun durante toda su vida, está en constante relación con dichos medios, este lo influirá, lo estimulara, cada objeto que toque, la forma en lo alimenten y cuiden, los seres humanos que entren en contacto con él, le mostrara las características del mundo en que nació. Ese medio puede ser hostil o amigable, rudimentario o tecnificado, indiferente o protector. . Estas relaciones, no se manifiesta en el ser humano como elemento pasivo; no recibe las influencias sin reacción alguna. Por el contrario, el ser humano reacciona, elige cosas, rechaza otras, e incluso modifica el medio de acuerdo con sus necesidades. Es decir, se manifiesta como sujeto actuante.
 Esta relación entre el sujeto y el ambiente es, entonces, bidireccional, el medio social y ambiente influye sobre el hombre y éste selecciona, rechaza y aun modifica o transforma el medio; se presenta, por lo tanto, bajo la forma de interacción. En este sentido existe una relación e interrelación que se manifiesta como una representación social, representación que esta circunscripta en procesos de comunicación como lo sostiene Niklas Luhmann en su teoría de sistema sociales, y es allí donde el dialogo socrático manifiesta su pertinencia y vigencia.
 El dialogo socrático desde la terapéutica busca provocar una disonancia cognitiva, a través del descubrimiento guiado del terapeuta mediante preguntas sistemáticas que pongan en evidencia los errores lógicos en la forma de procesar la información. Sócrates se comparaba con la partera que ayuda a dar a luz, en este caso el conocimiento, que es descubierto por el ser humano mismo, permitiéndole una mejor sintonía con sus semejantes y el ambiente, más adaptado a sus realidades.
Referencias bibliográficas
1.    García Morante M. Lecciones Preliminares de Filosofía. Bogotá: Ediciones Nacionales; 2004.
2.    Hernández reyes C. La mayéutica de Sócrates en la Formación Humana. Pla y Eva Educ [internet].2008 [citado 14 de jun 2016]; (43):3-10. Disponible en:http://www.aragon.unam.mx/unam/difusion/planeacion/ejemplares/43.pdf
3.    Rius R. Círculo de Lectores, filosofía. Bogotá: Ediciones Nauta S.A; 1997.
4.    Godoy CA. Sócrates. Catedra de Filosofía [Internet].2015 [citado el 18 jun 2016] ;(18):1-6. Disponible en: http://s1dc2ffd5c772c827.jimcontent.com/download/version/1346593923/module/6261743383/name/Arist%C3%B3teles_Introducci%C3%B3n.pdf
5.    Van Rossem K. ¿Qué es un Dialogo Socrático? CEP [Internet].2011 [citado 18 jun 2016]; 1 (9):1-9. Disponible en: http://www.socratischgesprek.be/teksten/artikel_SG_Spaans.pdf
6.    Castro Faune C. El método socrático y su aplicación en la pedagogía contemporánea. Bajo la Palabra Rev. Filos. [internet].2012 [citado 18 jun 2016] 2 (7):441-452. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3941748.pdf.
7.    Fraguas Herráez D. ¿Hubo una Psicoterapia verbal en la Grecia clásica? Rev Frenia. [Internet]. 2007[citado 18 jun 2016] 3 (s/n): 167-193. Disponible en:http://www.realidadyficcion.eu/Lengua_literatura/1314/emociones/psicoterapia_por_las%20palabras.pdf.
8.    Pantarireu A. Dialogo Socrático en psicoterapia cognitiva. Rev Psico Clin y Psicopat [internet].2011 [citado 18 jun 2016]: 179-181. Disponible en: http://www.aacademica.org/000-052/236.
9.    García Zamorano B. Psicoterapia [Internet].1998 [citado 18 de jun 2016] 205-216. Disponible en: http://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/10705/CC%2043%20art%2014.pdf?sequence=1.
10. Salomón Paredes A, Díaz del Castillo J P. Encontrando y Realizando Sentido. [Internet].S/V. 1era Edición. Lima: Editorial Sánchez; 2015[citado 18 jun 2016]. Disponible en: http://www.unife.edu.pe/publicaciones/psicologia/libro24.pdf.
11. Vielma Rangel J. Implicaciones ética de la praxis dialógica reflexiva: Vida cotidiana y salud psíquica. Consciencia y dialogo [Internet].2011 [citado 20 de jun 2016]2(2):19-28. Disponible en: http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/conscienciaydialogo/article/download/3483/3383