miércoles, 11 de noviembre de 2009

Democracia débil, información fuerte: El rol de la tecnología de información en el proceso de reglamentación.


Autor: Cary Coglianese. Profesor de derecho y catedrático de ciencias políticas
University of Pennsylvania Law Schoo.

Proposito
Las regulaciones gubernamentales tienen un impacto significativo en la sociedad y la economía, afectando las operaciones de instituciones vitales como bancos, líneas aéreas, empresas de servicio publico, sistemas de telecomunicaciones, plantas químicas y redes de trasporte. En la mayoría de los países desarrollados, los reguladores hacen miles de políticas críticas de decisiones cada año, cuyos efectos mayores se ven en el crecimiento de la economía, inversión en seguridad, precios al consumidor y salud y seguridad publica. Dado su significado y ubicuidad, las decisiones reguladoras requieren la información más precisa y los jurados más expertos posibles. Para regular sensiblemente y sin crear aspavientos en la industria o efectos secundarios indeseados, aquellos que tomas las decisiones necesitan un entendimiento preciso de cómo trabajan las industrias reguladas y cuales son las causas de los problemas regulatorios de base. Por esta razón, los legisladores suelen delegar las políticas críticas de decisiones a agencias especializadas que poseen experticia interna y una capacidad de colectar y analizar un gran volumen de información.

Aunque delegar a los expertos ayuda a resolver el problema de información asociado a la política de regulación, esto crea a veces problemas respecto a la legitimidad democrática. Las decisiones reguladoras envuelven mucho más que solo retos técnicos complejos llamando por información especializada y experticia; ellos envuelven frecuentemente además elecciones críticas valiosas. Por ejemplo, al establecer los controles para la contaminación ambiental, los reguladores ciertamente deben entender como afectan los químicos la salud de los seres humanos así como los costos asociados con los diferentes tipos de tecnologías para el control de la contaminación. Pero ellos deben decidir además cuanto es el riesgo de contaminación ambiental que la sociedad puede soporta. Elecciones de valores similares se encajan en muchas otras áreas de la regulación. En los patrones establecidos para la seguridad de drogas y aprobación de nuevas drogas, por ejemplo, los reguladores deben hacer a veces un canje entre la maximización de la seguridad de las nuevas drogas y la rapidez con la que puedan ser traídas al mercado. La no suma de la experticia tecnológica dota a los reguladores oficiales no elegidos con una investidura especial dentro de la forma de realizar este tipo de juicios de valor.

Los intelectuales y otros observadores han cuestionado ampliamente la legitimidad democrática de la creación de políticas por los oficiales burocráticos. Tradicionalmente, esta interrogante ha sido respondida a través del establecimiento de procedimientos para gobernar la forma en que lasa agencias crean nuevas regulaciones. Proporcionando un poco de transparencia y una oportunidad para el comentario publico, el proceso de reglamentación puede afectar materialmente la calidad y efectividad del proceso de decisión reguladora y ultimadamente su legitimidad. Estos procesos determinan el grado al cual estos con un riesgo en el resultado pueden afectar el contenido de las nuevas regulaciones.

Recientemente, algunos intelectuales y políticos han sugerido otra respuesta para la interrogante de legitimidad, una arraigada en tecnología de información moderna. Adicionalmente han proclamado que la tecnología de información transformara y/o revolucionara la creación de reglas de su estado actual de relativa oscuridad a uno en el cual el gobierno es completamente transparente y los ciudadanos ordinarios participan regularmente. Muchos de los proyectos llamados e-reglamentación en los Estados Unidos específicamente apuntan a colocarlo dentro del propósito potencial transformacional de internet , reconociendo críticamente el importante rol que juegan los ciudadanos en el proceso de reglamentación y con la dirección de mejorar la habilidad publica para encontrar, observar, entender y comentar las acciones reguladoras.

Es irrefutable que la tecnología de información puede hacer más fácil y económica la conexión de los reguladores gubernamentales con aquellos a quienes ellos regulan y con los ciudadanos ordinarios. A pesar del optimismo tecnológico de aquellos que proponen la democracia participativa o “democracia fuerte”, como es llamada a veces, en la agenda federal gubernamental de reglamentación actual nada parece dar mas allá de cambios marginales en el grado al cual los ciudadanos participaran en la creación de normas. En este capitulo, explico por que los esfuerzo de e-reglamentación no pueden ser razonablemente como el esperaba para conocer las aspiraciones de los adherentes de la democracia fuerte para reemplazar la toma de decisiones burocráticas con la deliberación ciudadana.

E- reglamentación puede dar, de todas formas, otra forma de legitimidad democrática, una que enfatice la envoltura pluralista de aquellos afectados más directamente por la capacidad de conocimiento de las nuevas regulaciones gubernamentales. La legitimidad en este sentido depende de la disminución de las bases potenciales que aparecen encerradas en los ambientes de creación de políticas mientras se maximiza el grupo de información detallada y la calidad de la argumentación adversa esencial para mejorar la política de toma de decisiones. En lugar de “democracia fuerte”, la tecnología de información puede promover una forma de “democracia débil” que provea una base “fuerte” de información para los reguladores. La tecnología de información puede facilitar el suministro y la supervisión necesarios para chequear los errores potenciales que puedan aparecer de la experta toma de decisiones inclinada o aislada.

Conclusión:
Aunque tanto los académicos y funcionarios públicos han caracterizado por e-elaboración de normas de posible contribución a la legitimidad democrática de la reglamentación en materia de fomento de democracia fuerte, la realidad es que incluso con el Internet barreras significativas a la ordinaria intervención de los ciudadanos en la elaboración de normas se mantendrá. La mayoría de los ciudadanos está desprendido de la política y la política pública a tal grado, y por razones que ninguna cantidad de equipo los programas o las innovaciones tecnológicas tienden a cambiar. En lugar de inspirar los miembros del público a participar en los debates arcano o técnicas que rodean a la formulación de políticas de reglamentación, la tecnología moderna de la información es y seguirá siendo más ampliamente utilizado por los ciudadanos para otros fines, tales como la comunicación con amigos y la familia o acceder al ocio.
Incluso entre los relativamente pocos los ciudadanos que pudieran tener un interés en la reglamentación la política, el conocimiento seguirá siendo una barrera significativa para su participación significativa. Ya que ilustrado por un estudio de estudiantes de postgrado mediante resúmenes en línea, la complejidad técnica de la elaboración de reglas muchas necesariamente inhibe el acceso ciudadano a la amplia y significativa, y la participación en la elaboración de normas. Si el alto nivel de educación los estudiantes de posgrado no pueden navegar fácilmente resúmenes en línea de hoy de reglamentación, seguramente la mayoría de los ciudadanos ordinarios se enfrentará similar, si no mayores dificultades para participar en la elaboración de reglas, incluso con la llegada de la más avanzada tecnologías.
Aunque las esperanzas de transformación de tecnología de la información de elaboración de normas en un fuerte el proceso democrático puede ser poco realista, esto no significa que el correo es de elaboración de normas sin importancia o equivocadas. Más bien, significa democracia fuerte es el objetivo equivocado para el e-elaboración de normas. Dada la complejidad de la reglamentación, su legitimidad democrática. Probablemente siempre sea "débil", en el sentido de que esa legitimidad seguirá dependiendo de principalmente en los vínculos institucionales con indirecta poderes electos del gobierno y en directo participación de los intereses organizados más que por los ciudadanos comunes. Sin embargo, incluso si sólo es posible de lograr "una democracia débil" en el proceso de elaboración de normas, la información la tecnología puede ser útil en la promoción de "información sólida." E-elaboración de normas se encuentra gran parte más prometedor para ampliar el proceso pluralista a fin de que un grupo más amplio de expertos y las organizaciones interesadas puedan ayudar a informar a quienes toman decisiones regulatorias. Si el correo de elaboración de normas logra este objetivo, su impacto será más gradual que revolucionario, pero con el tiempo que le permitirá al gobierno para tomar mejores decisiones de reglamentacion.

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